Panorama del Cabo de la Vela
El Cabo de la Vela es un paraíso remoto en el Caribe, ideal para aquellos que buscan descansar, internarse en la naturaleza y practicar deportes extremos.
El cabo se encuentra en el departamento de La Guajira que limita con Venezuela, a 145 kilómetros de Albania y a 333 kilómetros de Santa Marta. Para llegar hasta ahí puede tomar un vuelo al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar (SMR) en Santa Marta y alquilar un vehículo todo terreno para emprender el viaje hasta el extremo más septentrional de Colombia. El recorrido puede ser directo siguiendo las indicaciones hacia Riohacha y después a Uribia, o puede dirigirse a Albania para pasar ahí una noche en un hotel con piscina y spa.
En el Cabo de la Vela el desierto se encuentra con el mar
Si bien la expedición a este destino alejado, en medio de la nada, puede ser todo un desafío, verá que vale la pena, pues esta playa del Caribe colombiano es uno de los escenarios más espectaculares del país. Aquí el paisaje del desierto se funde con el mar, las playas doradas prácticamente vírgenes destellan frente a las aguas turquesa y los cielos nocturnos se saturan de estrellas gracias a la ausencia de la iluminación artificial de poblaciones cercanas. No deje de mirar el firmamento porque puede descubrir un satélite orbitando o ver pasar una estrella fugaz.
Cabañas frente al mar en el Cabo de la Vela
Cabo de la Vela es un pueblo pesquero con un leve desarrollo turístico y cuenta con hoteles sencillos, cabañas rústicas con servicios básicos, hamacas o camas, y restaurantes que ofrecen una variedad de delicias del mar, incluyendo langosta. En el lugar soplan vientos fuertes que permiten practicar deportes de vela como windsurf y kitesurf, de ahí el nombre de este accidente geográfico. Aproveche para tomar una lección que le permitirá surcar el mar con el impulso del viento y dominar el equilibrio en la tabla y controlar la cometa o la vela.
Haciendo kitesurf en el Cabo de la Vela
Nade en la playa Ojo de Agua que tiene un pequeño nacimiento de agua dulce, vaya al faro para admirar el atardecer y camine hasta la cima del Pilón de Azúcar, una colina que goza de vistas panorámicas de 360 grados, o simplemente tiéndase en la arena y relájese con el arrullo de las olas.
Playa con la colina Pilón de Azúcar en el fondo
Esta región es habitada por los indígenas wayú que conservan sus costumbres y creen que esta tierra es un espacio sagrado frecuentado por los espíritus de los difuntos que se dirigen al más allá. Visite una de las rancherías wayú y aprenda sobre la forma de vida de esta etnia. Quizá pueda participar en alguno de sus rituales como la danza yonna y comprar alguna de las bellas artesanías que elabora este pueblo.
Indígenas wayú en una danza tradicional con vestimenta típica
Siga el viento hasta el Cabo de la Vela, déjese seducir por su magia natural, venga a limpiar su alma y llénese de paz. ¿Ya tiene lista su maleta con traje de baño y lentes de sol?
Fotos: Tanenhaus, Petruss, Mario Carvajal y Guajira Kite School.
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