Cocodrilo, obra de Leonora Carrington
La Ciudad de México es uno de los lugares obligados que hay que conocer en el mundo, pero ¿cómo empezar en un lugar tan grande y con tantas cosas por ver? Por alguna parte se tiene que comenzar y qué mejor que hacerlo por una de las avenidas más bellas, tranquilas e importantes de la ciudad, sin dejar de explorar los barrios que la rodean: El Paseo de la Reforma. Esta avenida, creada a mediados del siglo XIX, conecta la ciudad de norte a poniente a través del centro histórico y la zona financiera, haciendo una amalgama entre zonas arqueológicas, edificaciones coloniales, arquitectura moderna y un sinnúmero de monumentos que cuentan poco a poco la historia de México.
Zona arqueológica de Tlatelolco
Paseo de la Reforma comienza, en su extremo norte, en medio de la zona arqueológica de Tlatelolco, donde se ubicaba el mercado prehispánico más importante de su época, y de la Plaza de las Tres Culturas, sitio que fue parte de uno de los pasajes más oscuros en la historia moderna del país. En esta área también se encuentra el Centro Cultural Universitario, un edificio envuelto por una instalación del artista Thomas Glassford llamada Xipe Tótec. Esta obra, por su altura y color, funciona como un faro en medio de la selva urbana. Si en la noche sobrevuela la ciudad, esta construcción seguramente será un punto de referencia difícil de ignorar.
Xipe Tótec, instalación del artista Thomas Glassford
Unos pasos más adelante se encuentran dos barrios históricos donde se concentra el mercado informal más grande del país, La Lagunilla y Tepito. Cabe señalar que entrar en esta zona es sumergirse en lo más profundo de la ciudad. Este es un sitio casi surreal donde conviven todas las esferas sociales rodeadas de cualquier cantidad de objetos disponibles a la venta como música popular y comida; incluso hay rincones históricos que pueden pasar desapercibidos si el ojo no está atento. Muy cerca de ahí se ubica el lugar sede de la música mexicana más reconocido del país, la Plaza Garibaldi, donde se puede disfrutar de mariachis, música norteña y hasta son jarocho. Y de paso, conocer las tradicionales bebidas mexicanas en el Museo del Tequila y el Mezcal (MUTEM).
Plaza Garibaldi, al fondo el MUTEM
Siguiendo hacia el poniente está el Monumento a la Revolución, en cuyos cimientos descansan los restos de algunos de los personajes históricos más importantes del país. Este edificio está compuesto por una cúpula de cobre de 67 metros de altura que custodia al Museo Nacional de la Revolución y las fuentes interactivas de la Plaza de la República. No olvide llevar ropa seca adicional, pues no resistirá la tentación de jugar con el agua.
Monumento a la Revolución y Plaza de la República
A esta misma altura, pero del otro lado del Paseo de la Reforma, lo recibirán el Museo Mural Diego Rivera, la Alameda Central y un par de monumentos construidos en mármol de Carrara como puerta de entrada hacia el centro histórico, el Hemiciclo a Juárez y el Palacio de Bellas Artes. Sin embargo, hay tantas cosas que ver aquí que amerita escribir un post completo al respecto, ¡espérelo próximamente!
Hemiciclo a Juárez
Palacio de Bellas Artes y Alameda Central
Es un placer caminar en esta zona y llegar al cruce con la Avenida de los Insurgentes, la arteria más larga de la ciudad que la recorre completamente de norte a sur. Este cruce está escoltado por el Monumento a Cuauhtémoc y el Monumento a la Madre, que a su vez resguarda a los artistas que se reúnen en el Jardín del Arte para ofrecer desde pinturas y esculturas originales hasta clases de dibujo.
Monumento a Cuauhtémoc
No pierda la oportunidad de realizar sus compras en el prestigioso centro comercial Reforma 222. En su entrada se ubica “Cocodrilo”, una escultura emblemática en bronce creada por la artista surrealista Leonora Carrington.
Rotonda de La Palma frente al centro comercial Reforma 222
Unas cuadras más adelante se ubican las tres rotondas más conocidas del Paseo de la Reforma: La Palma, la fuente de La Diana Cazadora y, en su punto cumbre, el Monumento a la Independencia mejor conocido como El Ángel. En esta última se encuentran los restos de los héroes de la Independencia de México, además es el sitio donde los mexicanos acuden cuando hay grandes acontecimientos, ya sea una victoria en el futbol o marchas a favor de causas sociales.
Paseo dominical en El Ángel
Rotonda de la Diana Cazadora
El extremo poniente de esta avenida se puede identificar fácilmente por dos construcciones de gran envergadura. Por un lado, está el monumento que conmemora los 200 años de independencia, la Estela de Luz; y a sus costados los dos edificios más altos de la ciudad, la Torre Mayor y la Torre BBVA Bancomer, de 225 y 244 metros de altura respectivamente.
Estela de Luz y Torre Mayor
A partir de este punto, el Paseo de la Reforma atraviesa el Bosque de Chapultepec, un parque urbano de 678 hectáreas dividido en tres secciones y que recibe a sus visitantes con el monumental Altar a la Patria. Este bosque alberga algunos de los sitios turísticos más importantes del país como el Museo Nacional de Antropología, el Castillo de Chapultepec, el zoológico y el Auditorio Nacional.
Bosque de Chapultepec
Vista desde el Castillo de Chapultepec
No es necesario seguir este itinerario al pie de la letra, la Ciudad de México ofrece tantas opciones que sin duda la decisión más difícil será qué ver primero. Y usted ¿por dónde quiere empezar?
Fotos: FlyingCrimsonPig, vladimix, Nacho Pintos, Rafael Martínez, Claudia Bevacqua, Alvaro Sánchez, Lin Mei, Wikimedia Commons, * CliNKer *, Amber Vyn, Jonathan Vitela, PriceTravel pictures, echelonbaxter@ymail.com